Lo bonito de un ya nunca nos veremos son los recuerdos con los que te quedas, y nadie quiere recuerdos tristes
es saber que la pena mereció la alegría, que la noche cayó después del día
es decir adiós, sin necesidad de despedida
y es que aún teniendo, para ti, esas historias no tienen fin.
Son los te quiero que decíamos, aún sabiendo que ya nos teníamos
son los besos que hablaban, cuando las meras palabras a nuestras bocas no bastaban
son las caricias en la herida, cuando la vida golpeaba
el símil entre Cupido y la Parca, ninguno deja cicatriz, ambos dejan marca.
Es conservar el anhelo de que vuelva aún sabiendo que no lo hará
es echar de menos, ahora que no te echas de más
es recordar una sonrisa dibujada en unos ojos
y descubrir, otra forma de felicidad.
Es no tener miedo a caminar
sabiendo que andar es perecer
y puestos a morir
prefiero morir por querer.
Lo bonito de un ya nunca nos veremos
es que nunca es para siempre, así que nunca digas nunca.